Llevo sólo dos meses con el sistema del armario cápsula al que aún me estoy haciendo. Si no lo conocéis, podéis leer un poco en este post.
Una de los primeros pasos de todo este sistema es el de seleccionar sólo aquello que te guste y dejar atrás lo demás. Dejar atrás no se refiere a otra cosa que a deshacerte de todo aquello que no usas, un paso que puede costar bastante a muchas personas.
En mi caso particular, yo no tengo muchos problemas a la hora de hacer purga de ropa pues con el tiempo he ido adquiriendo buenos hábitos y dejando a un lado el aportarle valores sentimentales a cada prenda de mi armario (aún tengo prendas que sí guardo pues tienen un sentimiento pero he intentado que la mayoría no lo tengan).
-No te fuerces en deshacerte de todo desde el principio. Si ves que te cuesta mucho deshacerte de la ropa que no usas, no lo hagas desde el principio. Almacena las prendas en una bolsa o caja en un lugar que no lo veas y te harás a la idea de que no están. No te fuerces, no vas a cambiar de la noche a la mañana.
-Más allá de donar. Donar es un paso que todos hacemos de manera casi natural, tan natural que, a veces, es un poco inconsciente. En mi caso, antes, si tenía bolsas para donar las llevaba al contenedor de ropa más cercano y listo. En realidad no sabía donde iba esa ropa así que la sensación que se me quedaba era la misma que si la hubiera tirado. Desde los últimos años intento interesarme más por el destino de la ropa, informarme por las diferentes opciones que tengo a la hora de donarla y, dependiendo del tipo de ropa, llevarla a una asociación o a otra, preguntar qué necesitan en una y otra y llevarla a la que más interese. Intento además donar casi todo en mi barrio donde tengo varias opciones.
-Vender. Si tuviera que decir que es lo que más me ha ayudado a quitar el valor sentimental de toda la ropa que tengo es venderla. La ropa que tengo sin estrenar, que está en perfecto estado, que me he puesto una vez o que es súper de tendencia la intento vender en alguna aplicación como chicfy. Me parece una aplicación genial y muy útil para darle una segunda vida a tus prendas, ya que, a diferencia de cuando donas ropa y no sabes donde va, aquí sabes que lo va a recibir alguien que lo va a usar, que lo quiere y además recibes dinero por ello. Por poco que sea y por cursi que parezca, saber que va a un sitio para ser usada me parece una experiencia súper liberadora.
-Regalar. Regalar es otro proceso que nos sale casi innato cuando hablamos de deshacernos de ropa. Piensa en lo que no quieras que está en buen estado y la gente que tienes a tu alrededor a quien le pudiera gustar. Ojo con este paso, no a todo el mundo le gustan las cosas de segunda mano.
-Cambiar. Con quien tengas mucha confianza como con tu mejor amiga, tu hermana o tu madre puedes cambiar un producto por otro. Gafas de sol relativamente nuevas pero que nunca te pones y te arrepientes de haber comprado, bolso en perfecto estado que te has cansado de llevar, accesorios a los que le has pillado manía pero son de tendencia, abrigos, lo que sea. Puedes cambiarlo por una temporada o año si no te ves con fuerza para decirle adios por siempre.
–Rétate. Apúntate a algún reto para hacer el camino más desafiante o divertido. Uno de los más famosos es el project 333, en el que tienes que elegir 33 prendas y vestirte con ellas durante 333 días. Puedes ver más de este reto aquí.
Espero que os haya parecido interesante. ¡Nos vemos por aquí!
